La Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), aprobó el pasado viernes su Código de Ética Periodística, resultado de un proceso del que además de APU participó el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo), el Grupo Medios y Sociedad y la representación en Uruguay de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
La Agencia Voz y Vos también formó parte de este proyecto, dando charlas de capacitación a periodistas, en los temas vinculados a niñez y adolescencia.
El código establece que “los periodistas deberán velar por (su) fiel cumplimiento (…) su perfeccionamiento y su conocimiento por parte del público, los dueños de los medios de comunicación, los colegas, las nuevas generaciones de profesionales y los estudiantes”. Sugiere además que los periodistas deben bregar para que el código “sea respetado en los medios para los cuales trabajan”.
En lo que respecta al “compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la información”, el código establece como un “deber ético del periodismo exigir que se respeten (…) y que se garantice (n) el pluralismo, el acceso equitativo a las frecuencias a través de las cuales se desarrollan los medios de comunicación (…) las condiciones necesarias para el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información por cualquier medio y sin censura previa”.
También se establece como uno de los principios del ejercicio periodístico, el “brindar una cobertura completa, equilibrada y contextualizada”, a partir del contraste de fuentes y diferenciando “claramente lo que es información verificada de lo que es opinión”.
El código señala la improcedencia de identificar “a una persona como autor de algún delito hasta que (no) exista un pronunciamiento judicial en ese sentido”. Al mismo tiempo sugiere informar si una persona resulta absuelta luego de que se haya publicado que era indagada o acusada.
En casos de “accidentes, desastres o hechos delictivos”, se considera “inadecuado” apelar al “sensacionalismo” para impactar “de manera emotiva al público” a partir del “sobredimensionamiento de algunos factores”. También se recomienda utilizar “lenguaje neutro y no sexista que evite estereotipos y contemple la diversidad”.
Al momento de entrevistar a niños, niñas y adolecentes, el código aconseja que tanto éstos como sus tutores estén al tanto de que se trata de un trabajo periodístico. El profesional deberá explicar a sus entrevistados el objetivo de la nota y el uso que pretende darle. Se recomienda no identificarlos visualmente ni de ninguna otra forma cuando estén en conflicto con la ley o en cualquier situación de vulnerabilidad.
“Para divulgar imágenes vinculadas a niños, niñas y adolescentes, que supongan identificar a un niño o un grupo de ellos en particular”, el código establece que “los periodistas deberán obtener antes el consentimiento de los menores de edad y la persona adulta responsable”, y que de todas formas buscarán “procurar asesoramiento respecto a una eventual vulneración de derechos de las personas involucradas”.
