Según la investigación “Hostigamiento en centros educativos”, elaborada por la Facultad de Psicología de la Universidad Católica del Uruguay, los índices de repetición de aquellos que agreden u hostigan a sus compañeros, duplican a la media del centro educativo al que concurren. A su vez, las víctimas apenas alcanzan el promedio mínimo para aprobar los cursos.
Gabriel Berg, uno de los autores de la investigación, sostiene que el agresor tiene un perfil impulsivo, y por lo general es víctima de hostigamiento en otros ámbitos, como su hogar. “Está acostumbrado a resolver los conflictos con violencia y tiene una sobreestimación de la amenaza, es decir, interpreta muchas conductas de los otros como un ataque”, explicó. “Todo esto está relacionado con una historia de maltrato”, agregó.
Sobre las víctimas, Berg dijo que se caracterizan por sus dificultades para socializar. “Son tímidos y eso los hace más vulnerables”, indicó.
El estudio se realizó en 10 centros de Secundaria y UTU, de Montevideo y el interior del país, tanto públicos como privados. En todos los ámbitos se pudo establecer el vínculo entre el bullying y el rendimiento educativo.
El investigador alertó respecto a que en Uruguay son muy pocas las instituciones educativas que “se están formando en el tema y tienen algunas estrategias de intervención”. “El bullying es un tema que está como al costado del currículo: todo el mundo sabe que existe, pero no se incorpora como parte de la educación que tiene que recibir un sujeto”, dijo Berg.