La falta de información sistematizada del tránsito educativo de los estudiantes no es algo nuevo, si bien ha tomado relevancia pública en las últimas semanas. Ya en el lejano 1963, la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE), calificaba de “muy desigual” la cantidad y la calidad de la información estadística de los entes educativos.
“No se dispone de información coherente para todo el sistema educativo”, sostenía la CIDE. Medio siglo después la situación permanece incambiada. No es que los datos no estén disponibles, sino que éstos no están adecuadamente conceptualizados. “El Estado uruguayo genera un mundo de información, pero el problema es que no se sistematiza de forma adecuada”, explica Federico Rodríguez, responsable del área estadística del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed). “Además no hay articulación entre los distintos organismos. Los sistema de bedelía de Primaria, Secundaria y UTU no conversan entre ellos, porque cada uno tiene conceptos distintos de lo que es abandono o repetición. Tampoco tenemos la posibilidad de dialogar con el sector privado”, agregó.
Ante esta situación, uno de los principales objetivos del Ineed es crear un “concepto” que permita lograr cierta unificación de los criterios que se utilizan para determinar la repetición o la desvinculación, de manera de lograr “una visión sistémica de nuestra realidad educativa”. “Todo indicador tiene un concepto. En la medida en que mejorás el indicador mejorás la aproximación al concepto. Los porcentajes de repetición de Ciclo Básico en realidad se toman de un indicador de no promoción, que no es lo mismo”, explica Andrés Peri, responsable de la Dirección de Investigación, Evaluación y Estadísticas del Codicen. “La pregunta es ¿cómo podemos ir mejorando ese indicador con información que nos permita saber qué pasa con los que no promueven?”, señala. “No hay estadística de repetición que vaya de primero de escuela a tercero de liceo. Lo que tenemos es lo que cada consejo recoge, en el caso de Primaria: repetición; en el caso de Secundaria: no promoción”, sostiene.
En la misma línea se manifiesta Rodríguez. “Mi visión es que un problema de Uruguay es que cada organismo hace la suya. Esto era así en 1965, y es así hoy. Pero a esta altura, con la tecnología y la informática no tenemos pretexto. Tenemos muchos productores de información que utilizan sistemas desconectados, y los criterios para recolectar los datos y elaborar los indicadores carecen de homogeneidad. Falta una visión unificada”.