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Cambiar el mundo

“Nosotras creemos que para cambiar el mundo debemos cambiar la forma de nacer. Y para lograrlo debemos cambiar la forma de parir…” afirmó Rosa Rinaldi, integrante de la Asociación Nacional de Doulas del Uruguay (Andou), en el marco de la conmemoración de la semana mundial del parto respetado, que se celebra desde el año 2004.

El término “doulas” proviene del griego y hace referencia al concepto de estar “al servicio”. Las Doulas son personas especialmente preparadas para dar apoyo físico emocional y acompañar a las mujeres durante el embarazo y el parto. El Instituto Perinatal del Uruguay, haciendo referencia a algunas investigaciones establece que “la evidencia científica ha demostrado que su presencia en el parto da como resultado trabajos de parto más breves, con menos complicaciones y menos intervenciones.”

La semana mundial del parto respetado fue lanzada por la Alliance Francophone pourl´Accouchement Respecté (AFAR); en América Latina es promovida por la Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y Nacimiento (Relacahupan) y en Uruguay por Andou. El lema de la campaña este año es “Silencio: mujer pariendo, bebé naciendo”.

Gilda Vera, representante de Relacahupan señaló que “es necesario que no haya ningún tipo de intervención, poca luz, y se esté pendiente de los instintos de la mujer. Por eso es importante recuperar el silencio: el silencio en sentido de respetar lo que ella quiera hacer en ese momento, incluso gritar.”

Muchas mujeres denuncian condiciones hostiles a la hora de dar a luz, teniendo consecuencias muy negativas en el estado emocional y psíquico de la madre. Desde Andou se señala que el parto se ha vuelto un procedimiento médico donde las familias han perdido el protagonismo y la naturaleza íntima del momento.

Gonzalo Vidiella, médico ginecólogo y profesor adjunto de Facultad de Medicina grado tres, afirmó que es de suma importancia humanizar el parto, darles a las mujeres condiciones confortables y generar confianza y un vínculo. “Reconocer y aceptar la duración de los trabajos de parto y no ajustarlo a las necesidades institucionales del médico, de la partera, del personal de turno. Un paquete que termina definiendo el destino de ese parto, porque hay que cumplir una cantidad de rutinas o tiempos o estadísticas que se establecen desde afuera”, destacó el médico.