La “fuga” de los sectores sociales históricamente defensores de la educación pública hacia el ámbito educativo privado, es para los especialistas uno de los problemas más importantes que enfrentan la enseñanza estatal y la sociedad uruguaya.
“Uno de los problemas de la educación pública es la pérdida de la clase media, sobre todo de la clase media progresista, la que siempre apostó por la educación estatal”, explicó el politólogo Nicolás Bentancur. “Esa clase media se está fugando hoy a la educación privada, dejando al sector público como una política social no universal sino residual”, agregó. Para Bentancur, esa migración del ámbito público al privado “es un drama, porque la clase media es clave para la calidad del sistema”.
Si bien todavía el 80% de la matrícula se ubica en la educación pública, las cifras, en particular en Montevideo, muestran claramente esa inclinación a lo privado. El año pasado, a nivel nacional, el 84% de los niños y niñas de todo el país concurrieron a escuelas públicas. En Montevideo la cifra fue del 70%. El aumento de la oferta privada en educación preescolar e inicial –que ofician de “gancho” para que los alumnos permanezcan en la institución- es una de las explicaciones que brindan los especialistas para entender el fenómeno. “El crecimiento de la matricula en inicial se debe a que la oferta privada siempre fue delante de la pública al considerar la primera infancia, ofrecer servicio maternal y una extensión horaria que es vital para las familias de clase media”, opinó el sociólogo Tabaré Fernández.
A nivel de educación media, los graves problemas de gestión –ausentismo docente, trato despersonalizado fruto de la superpoblación de los centros-, los problemas relacionados con la seguridad y el “entorno” del liceo, y una oferta horaria que no toma en cuenta las necesidades de cuidados de las familias de hoy, son los ejes de este cambio. En este contexto, los especialistas concuerdan en que las escuelas y liceos de tiempo completo podrían ser una solución. “Una escuela de cuatro horas no le sirve a la clase media donde madre y padre trabajan todo el día (…) Si se aumentara el horario y se mejorara la gestión de los centros, parte de la clase media volvería a la educación pública”, señaló Fernández.
Para el sociólogo, en muchos casos las familias recurren a los colegios y liceos privados porque estos responden a “su necesidad de ‘simplificarme el día’: saber que mi hijo está todo mi horario laboral en el colegio y no me tengo que preocupar si le faltó el profesor o si hay paro”.
Las consecuencias que estos cambios producen tienen que ver con la progresiva desaparición de las viejas escuelas en las que niños y niñas de diferentes estratos sociales, con distintos valores y realidades, compartían aulas y recreos. Un intercambio fundamental para la cohesión social, que con la “fuga” de la clase media al ámbito privado, deviene en una sociedad más segregada.