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Con sus propias manos

El atrio de la Intendencia de Montevideo (IM) fue el escenario ayer del IV Encuentro de Huertas Escolares, que reunió a alumnos de 36 escuelas de la capital, quienes presentaron e intercambiaron las experiencias que desarrollan a diario en sus centros educativos.

El encuentro forma parte del Programa Huertas en Centros Educativos, que desde el año 2005 coordina la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República, en convenio con la IM y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Actualmente el programa abarca 41 escuelas urbanas de Tiempo Completo, y está conformado por un equipo docente de 30 personas, entre estudiantes, ingenieros agrónomos y técnicos idóneos en la temática.

Los niños aprenden todo lo relativo al ciclo total de una huerta: preparación de la tierra, siembra de cultivos, cuidado de la planta y la cosecha. También elaboran alimentos, preparan abonos y al mismo tiempo aplican esos conocimientos a las asignaturas regulares, como matemática, geografía, ciencias biológicas, etc.

El director de Primaria, Héctor Florit, destacó el acercamiento del “niño urbano a la producción de la tierra” y consideró que “eso es en sí mismo un gran valor, además del valor que implica desarrollar proyectos y propuestas compartidas”.

Patricia, una de las madres presentes, señaló que los niños disfrutan “de comer lo que hicieron con sus propias manos, lo que les llevó tanto esfuerzo, de preparar la tierra, plantar, regar, cuidar”.

Alan Bentancor, quien cursa 4º año en la Facultad de Agronomía, e integra el equipo docente, dijo que se trata de una experiencia enriquecedora tanto para niños, sus familias e incluso el barrio donde está la escuela. “Los gurises se toman muy en serio las actividades en la huerta y es un estímulo para el barrio”, subrayó. En la misma línea opinó la maestra Viviana Vidal, de la escuela Nº 270 de Verdisol. “Tuvimos muy buena receptividad por parte de los padres de los alumnos y se reafirma la relación comunidad-escuela”, dijo.

Para Stella Faroppa, coordinadora del programa, se trata de una “tarea de a poquito, que se va acumulando con los años”.