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Finlandias locales

El liceo Nº4 de Maldonado, tuvo el índice de repetición más bajo de todo el país durante 2012: 5.4%, según datos oficiales del Consejo de Educación Secundaria (CES). El de Rosario, departamento de Colonia, fue el segundo con menor índice de repetición: 8.5%. Con un 10.6% de repetición, el liceo de Nueva Palmira, Colonia, ocupó el tercer lugar.

El semanario Búsqueda conversó con las directoras de esos tres centros educativos para conocer la forma de trabajar que los ha llevado a destacarse en lo que a repetición se refiere, cuando el promedio nacional alcanzó el año pasado el 32.3%.

“No hay nada nuevo bajo el sol. Pasamos el día entero en el liceo”, asegura Martha Alfonso, quien desde 1998 es la directora del liceo de Rosario.

Las tres directoras coinciden en que la personalización de los estudiantes y el seguimiento y acompañamiento académico, son puntos clave que pueden explicar los bajos índices de repetición. También el crear en ellos un sentimiento de pertenencia hacia la institución. “Si el chiquilín tiene identidad va a tratar de hacer lo mejor por su liceo”, dice Alejandra Irastorza, directora del liceo de Nueva Palmira. “Ellos se hacen llamar medulianos por el nombre del liceo (Doctor Medulio Pérez Fontana). No como una casta, pero sí como un nosotros”, agrega.

El sentimiento de pertenencia es tan fuerte, que los alumnos asisten a los centros educativos fuera del horario de clases. “Vuelven para jugar al ping-pong, a tocar la guitarra. Se quedan hasta la noche, es como su segunda casa”, dice Irastorza. De la misma manera lo expresa Alfonso: “los del Ciclo Básico luego de cerrado el turno en la mañana van de tarde a jugar al fútbol o a la biblioteca, porque el liceo es como su segundo hogar”.

El no quedarse sólo con lo exigido en el programa de Secundaria, es otro de los puntos en común entre estos liceos. “Estamos regidos por un marco pero tratamos de darle un sentido. No es si porque sí o no porque no”, cuenta Claudia Zerpa, directora del liceo de Maldonado. Para Zerpa, hay que evitar transformar al centro educativo “en una máquina de aplicar reglamentos porque están mandados”.

También el apoyo de las familias es fundamental. Zerpa dice que su liceo tiene “problemas de infraestructura como todos los liceos”, pero gracias a la Asociación de Padres de Alumnos Liceales (APAL) del centro educativo, se han conseguido recursos económicos para realizar mejoras.

Por último, el compromiso de los docentes es otra de las características que comparten estos tres liceos. Se apunta a que los docentes estén satisfechos, cómodos, pero también orgullosos de su trabajo, explican las directoras.

“No somos genios. Somos profesores comprometidos con los alumnos y alumnos comprometidos con los profesores. Yo amo lo que hago. ¿Para qué van a buscar soluciones a Finlandia? Que salgan al interior”, finaliza Irastorza.