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Fotocopias. Diferencias entre el gobierno y Cámara del Libro

Ante los hechos ocurridos días atrás, que culminaron con el procesamiento sin prisión de los comerciantes que realizaban fotocopias de textos académicos para estudiantes, la Cámara Uruguaya del Libro expresó su malestar con un programa que brinda fotocopias gratis a los liceales y que cuenta con apoyo gubernamental.

El programa lleva el nombre de Copias Gratis Estudiantiles, y se trata de una iniciativa por la cual cada estudiante de Secundaria recibe una cuponera de 50 fotocopias mensuales. El programa se lanzó el pasado 6 de agosto. De la presentación participaron el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, y el director general de Secretaría del Ministerio de Educación y Cultura, Pablo Álvarez. Este último aclaró que el gobierno “no puso un peso” para esta iniciativa, que fue financiada por la asociación civil Apoyo a la Educación y la Cultura. “Yo lo sigo apoyando porque considero que una cantidad de estudiantes tiene una limitación importante para cumplir las exigencias curriculares y no hay que pensar que toda fotocopia es un acto en sí mismo delictivo”, dijo Álvarez.

El jerarca explicó que la cuponera es válida para fotocopiar repartidos elaborados por los docentes, y no libros, lo cual está prohibido por ley. “Ellos copian en un centro de fotocopiado que está en el liceo, que es avalado por el Consejo de Educación Secundaria y que como tal solo es habilitado si respeta la legislación vigente en el país. Por lo tanto, nada presupone que se puedan estar fotocopiando libros”, consideró.

La Cámara Uruguaya del Libro se reunió ayer para evaluar la situación. “Han cerrado muchas editoriales, han cerrado librerías, hay gente que ha ido al seguro de paro”, dijo Claudia Paglia, integrante de la directiva de la Cámara, y gerenta general de la editorial Monteverde.

Álvarez, en tanto, dijo estar convencido de “la necesidad de revisar la ley”, y “resolver de la mejor forma posible la tensión entre dos derechos: el derecho de autor y el derecho al conocimiento”. “Es probable que el juez implicado en la causa haya cometido el delito sobre el cual generó una sentencia: probablemente haya estudiado en un libro fotocopiado”, indicó.