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Ganar-ganar

Cada vez son más los centros educativos financiados por empresas privadas. Los liceos Jubilar e Impulso quizás sean los más conocidos, pero hay varias iniciativas más que se financian con el aporte de empresas privadas.

El centro educativo Los Pinos y el Centro de Apoyo al Desarrollo Integral, ambas impulsadas por el Opus Dei, son dos ejemplos. Para el año que viene abrirá en el barrio Casabó el liceo Providencia y se espera que las experiencias se multipliquen.

Dos factores contribuyen: la exoneración impositiva de las empresas que financian los establecimientos supera el 80% de su aporte; y la crisis del sistema educativo, que juega en contra de la necesidad que tiene y tendrá el país en el futuro, de contar con mano de obra calificada.

“El tema educación es clave para el funcionamiento del país, por eso no es casualidad que las empresas focalicen muchos de sus programas en el área educación. Hay una necesidad palpable, los indicadores así lo demuestran, y no es casualidad que estén surgiendo iniciativas como el liceo Jubilar o el Impulso”, explicó Eduardo Shaw, director ejecutivo de Deres.

No obstante, señaló que el apoyo privado a la educación no está dirigido únicamente a estas experiencias. “También hay muchas iniciativas que van hacia la escuela pública, hacia la UTU, hacia la Universidad o a apoyar iniciativas conjuntas como el Plan Ceibal. Todas ellas responden a una situación donde los empresarios identifican que allí hay que poner recursos”.

“No es que sea un tema que esté de moda. En general, el sector empresarial identifica el tema educación como un tema clave en el ganar-ganar”, agregó.

El director de Deres aclaró que para realizar sus donaciones, las empresas deben contar con la autorización del Estado. “Primero existe la decisión del Estado y luego la voluntad de la empresa”, puntualizó.