A partir de una denuncia realizada por el abogado Gustavo Salles la semana pasada, la jueza penal María Helena Mainard, visitó el Centro de Internación Transitoria (CIT) del Instituto del Niño y Adolescentes del Uruguay (INAU) y detectó un alto nivel de hacinamiento.
El centro tiene capacidad para alojar a unos 20 adolescentes en conflicto con la ley, pero en el momento en que la magistrada visitó el centro detectó a 50 chiquilines. Cada habitación tiene lugar para dos cuchetas contra la pared y entre ellas se colocan hasta seis colchones donde duermen la mayoría de los adolescentes. Hoy por hoy el CIT se transformó en lugar casi permanente, en donde algunos jóvenes llevan casi tres meses en espera de ser derivados a un lugar más adecuado.