“Tenemos la falsa idea de que los adolescentes son mucho más modernos –o tienen roles mucho más cambiantes- de lo que realmente son; pero los estereotipos tradicionalmente fundantes de la identidad femenina y masculina aparecen arraigados en cada discurso”, asegura la docente e investigadora Karina Batthyany, sobre las relaciones de género entre adolescentes.
Según la especialista, autora de diversas investigaciones sobre este tema, la división sexual del trabajo, es decir, los roles tradicionalmente asignados a hombres y mujeres, se mantienen incambiados. “Si rascamos un poquito en los comportamientos de hombres y mujeres, como los roles y pautas, identidad, división sexual del trabajo, los patrones tradicionales y conservadores de relacionamiento aparecen todavía muy fuertes”, sostiene Batthyany. “Está mucho más firme y mucho más vigente de lo que creemos como sociedad”, agrega.
La especialista señala, precisamente, el rol de la sociedad, y como ésta influye de manera determinante en la conducta de los adolescentes. “En la medida en que la sociedad no haga el click hacia la equidad de género y la transformación, es muy difícil pedirles a los adolescentes de hoy que sean ellos los portadores del cambio”, sostiene.