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“Repensar quiénes están vigilando a los chicos”

El semanario Brecha entrevistó al secretario de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), Eric Sottas, quien estuvo en nuestro país recorriendo los centros de privación de libertad para adolescentes.

Sottas constató mejoras, pero criticó la falta de una política coherente para tratar y rehabilitar los adolescentes, reflejada en las diferencias entre los distintos centros, al tiempo que expresó su preocupación por las denuncias de malos tratos por parte de los funcionarios.

“La manera de prevenir los abusos es sancionar de manera muy clara y precisa a esos perpetradores. En los diez años que he seguido el tema eso no ha pasado, no hubo una política realmente proactiva de saneamiento”, aseguró.

Sottas destacó aspectos legislativos y de infraestructura impulsados por el gobierno a partir de recomendaciones de la OMCT, al tiempo que criticó la ley que endurece las penas para los adolescentes. “Aunque me gustaría que los cambios fueran mucho más rápido, los hemos visto, el esfuerzo ha sido certero. Pero al mismo tiempo viene esa ley que hace que se incremente de manera loca el número de detenidos, y eso ya no se ajusta”, dijo.

Consideró que “no hay lineamientos claros en materia de rehabilitación”, y puso como ejemplo los conceptos “completamente distintos” que se manejan en los centros Ser e Ituzaingó, “diría que físicamente enfrentados”. Mientras en el Ituzaingó “el concepto es responsabilizarlos, integrarlos en un programa para que rehagan su vida”, en el Ser “a nadie se le da la más mínima confianza. Hace un año uno entraba ahí y se preguntaba ¿pero quién está aquí? Parecía Guantánamo…había una obsesión extrema por la seguridad”. No obstante, reconoció que si bien “la seguridad sigue siendo importante, pero no hay la misma actitud. Ahora algunos jóvenes salen a la escuelita. Eso antes era impensable”.

Sobre las denuncias de maltrato y torturas, Sottas sostuvo que se trata de “ovejas negras” que hay entre los funcionarios, y que “por razones más bien de índole política hay cierta falta de determinación para arreglar esta cuestión”. “Están poniendo mucho énfasis en la infraestructura y es necesario, pero (…) hay que repensar sobre quienes están vigilando a los chicos; hay una formación de psicólogos, de sociólogos, pero los que están en contacto directo son los guardias, y si ahí no se hace una detección muy rigurosa de los que perpetran malos tratos todo el esfuerzo está afectado. El chico lo que vive es eso, lo que le están haciendo y no las ideas”, finalizó.