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Romper el circuito

Las dos adolescentes víctimas de explotación y abuso sexual que se habían fugado de un hogar de amparo del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) de la ciudad de Tacuarembó, fueron enviadas al mismo centro por la jueza que tuvo a su cargo el caso. Según expertos en el tema, esta medida favorece que se repita la situación.

“Si no se brinda una respuesta múltiple en casos de explotación sexual de menores de edad, es obvio que la reincidencia es lo que va a venir”, explicó Andrea Tuana, coordinadora de la ONG El Paso, que está trabajando con un equipo multidisciplinario del INAU para atender a las dos hermanas, aunque advirtió que “la estructura de los hogares de amparo de INAU no está preparada para albergar estas situaciones”.

La respuesta múltiple a la que hizo mención Tuana consiste en albergar a las víctimas en un lugar apropiado, destinar un equipo que trabaje con ellas todos los niveles del daño que sufrieron, generar alternativas estudiantiles y laborales y nuevos vínculos afectivos. “Muchas víctimas (adolescentes de explotación sexual) sienten que es lo que saben hacer y que es parte de su identidad. Entonces, vuelven una y otra vez a estos circuitos o a ser captadas por otros explotadores”, señaló. “La respuesta estatal es insuficiente e inadecuada”, enfatizó.

En la misma línea se expresó el presidente del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y no Comercial de la Niñez y la Adolescencia, Luis Purtscher. “Están en la misma localidad donde fueron objeto de explotación y las redes siguen activas; es una situación compleja para ellas desde todo punto de vista”, explicó. Para el jerarca, “hay que romper ese circuito rápidamente”, para lo cual tanto el INAU como la ONG “están estudiando con la mayor celeridad y seriedad posible si todavía es conveniente que estén allí o si es más conveniente buscar un lugar alternativo que no ofrezca los riesgos del INAU”.