“Hoy nos divertimos mucho. Los niños tienen que hacer esto: divertirse, no trabajar”, exclamó una niña de 11 años en la plaza Independencia, rodeada de más de 150 niños, niñas y adolescentes, en el marco de una actividad organizada ayer por Fundación Telefónica con motivo del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil.
El evento tuvo como objetivo de sensibilizar sobre una problemática mundial, que hoy en Uruguay afecta a unos 67.000 niños, niñas y adolescentes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2009. Si se consideran las tareas domésticas, la cifra aumenta a 91.000 personas menores de 18 años que realizan algún tipo de trabajo.
Daisy, una niña del Cerrito de la Victoria, afirmó que “los niños son muy chicos. Tienen que estudiar e ir a la escuela”. Al igual que Jazmín, que enfatizó en que “los niños tienen que disfrutar la infancia; no tienen que trabajar”, o como Nathaniel que opinó que “los niños no tienen que trabajar. Para trabajar hay que ser mayor. Hay que terminar el ciclo escolar y el liceo”.
Desde el INE, entre 2009 y 2010 se realizó la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) que entrevistó a niños, niñas y adolescentes, facilitando una mayor visibilidad del tema. Si bien el tema ha estado en la agenda pública, a la hora de compararlo con el crecimiento de las inversiones en políticas públicas, el trabajo infantil sigue siendo un tema “muy periférico”, según indicó Fernando Olivera, integrante de la Asociación Nacional de ONG para el Desarrollo.
Mariana González, presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), indicó que el problema hoy día no está en que la normativa no se adecue a la realidad, sino en las prácticas institucionales y la cultura social, que está muy “interiorizada”, porque “cuánto nos cuesta concebir a los niños y adolescentes como sujetos, totales y reales de derechos”, cuestionó. Concluyó en que hay que cambiar el paradigma y entender que el trabajo infantil es “fruto de un proceso histórico”.
En cuanto a las denuncias recibidas por el Instituto del Niño y Adolescentes de Uruguay (INAU) por accidentes de niños o adolescentes trabajando, cada 45 días el Banco de Seguros del Estado (BSE), envía entre 6 o 7 casos de menores de 18 años que fueron a atenderse por lesiones en sus trabajos. En Uruguay, según la Convención de los Derechos del Niño (CDN) y el Código de la Niñez y la Adolescencia (CNA), la edad mínimo que se admite para trabajar es de 15 años teniendo un carné de habilitación que otorga el INAU, luego de evaluar si el trabajo que pretende efectuar el niño o el adolescente es acorde para su edad. “Los adolescentes mayores de 15 años no podrán trabajar más de seis horas diarias, equivalentes a 36 horas semanales y no podrán trabajar en horario nocturno”, establece el CNA. En 2012 se entregaron unos 3.931 permisos laborales, un 25% más que en 2011, de los cuales 1.971 eran para el interior del país y 1.960 para Montevideo.