El Centro Ecuestre “Sin Límites” es una fundación sin fines de lucro que desde el año 2000 da clases de equinoterapia a cerca de 50 niños, niñas y adolescentes con diferentes patologías, tales como el autismo, el trastorno de Asperger y distintos tipos de discapacidad física.
El centro es dirigido por Lydia Cercari, quien es instructora certificada y Especialista en Equinoterapia. La directora destaca el fuerte lazo que se forma entre el caballo y la persona. Los impulsos rítmicos del animal y el calor que éste desprende, estimulan y generan seguridad en el practicante, al punto que la primera palabra que pronunciaron muchos de los niños autistas que llegaron al centro, fue el nombre del caballo con el que hacían terapia.
“El caballo no te juzga de ninguna manera, es como un espejo de la persona y actúa acorde a como tú estás. Por eso se crea ese vínculo tan fuerte, además de que nosotros lo fomentamos en las prácticas para que el proceso sea mejor”, explica.
Cercari cuenta el caso de Emiliano, un joven con trastorno de Asperger, un síndrome donde la persona manifiesta dificultades en la interacción social y la comunicación, al tiempo que muestra interés en actividades concretas. En su caso, la equinoterapia fue totalmente favorable. “Ahora lee, escribe, habla. En la parte social ha avanzado muchísimo”, explica la directora. El avance fue tal que Emiliano trabaja desde hace un año en el Aeropuerto de Carrasco. Además realiza equitación y compite en concursos.
Precisamente, los próximos 13 y 14 de abril el Club Hípico Uruguayo de Solymar será sede del sexto Concurso Nacional y tercer Concurso Internacional de Equitación Adaptada e Integrada. Participarán unos 150 jinetes de todo el país, así como de Argentina, Chile y Estados Unidos.