Según datos del Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT) del Hospital de Clínicas, el 15% de las intoxicaciones por plaguicidas en la última década tuvo como víctima a niños, niñas y adolescentes.
Entre el año 2002 y 2011, el CIAT recibió 3700 consultas por posible intoxicación, de las cuales unas 400 correspondieron a personas de entre 2 y 15 años. En ese período hubo cuatro muertes por esta causa.
De acuerdo a los investigadores Amalia Laborde y Javier Mallet, la intoxicación más frecuente es involuntaria, y tiene lugar principalmente en las aplicaciones laborales de plaguicida en cultivos o ganado. “El trabajador agrícola es muy vulnerable. Se expone de a 10 a 15 plaguicidas al año y no todas las empresas cumplen con la reglamentación de protección”, explicó Laborde, directora del CIAT y especialista en toxicología clínica. Respecto a los niños, los expertos coincidieron en señalar que las cifras revelan que los padres no toman los recaudos necesarios.
El CIAT atiende también “casos graves” de niños intoxicados por plaguicidas agrícolas y veterinarios ingeridos accidentalmente o usados de forma errónea. Mallet explicó que los padres suelen utilizar pesticidas para ganado como piojicida para aplicar a los niños. Laborde, en tanto, señaló que no se trata solo de irresponsabilidad de los padres, sino también por la falta de una cultura sobre la peligrosidad de estos productos. Para la directora del CIAT, algunos de estos productos no deberían ser de venta libre. “La persona compra un plaguicida que está destinado para bañar vacas y caballos. Lo diluye a ojo para aplicarle al perrito. Si le fue más o menos bien lo diluye un poco más a ojo y se lo pone al nene para los piojos”, graficó.