
La Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos (UCPP) del Hospital Pereira Rossell, brinda apoyo a las familias de aquellos niños y niñas cuya salud amenaza o limita su vida. Además del tratamiento en el propio hospital, la UCPP se encarga de que el retorno al hogar de esos niños enfermos se realice en las mejores condiciones posibles.
Esto incluye la capacitación de los propios padres, así como gestiones para hacer frente a algunas carencias importantes que existen en los hogares. “Se trabaja en su mayoría con población muy vulnerable”, explicó la coordinadora de la UCPP, Mercedes Bernadá, y pone como ejemplo el caso de una niña que cuando regrese a su hogar, tendrá que usar un respirador. El dispositivo requiere conexión eléctrica, pero en su hogar están “colgados” a los cables de UTE. Desde la unidad, entonces, se gestiona ante el organismo para que la familia tenga acceso a la luz eléctrica para cuando la niña vuelva a su hogar.
El próximo mes de agosto, la UCPP cumplirá cinco años. En este lustro, se han atendido unos 330 niños y niñas, principalmente de entre uno y dos años de edad. “Hay más niños que sobreviven a diversas situaciones como la prematurez o paros cardiorespiratorios. No se mueren como ocurría antes, pero sobreviven con necesidad de tecnología médica”, señaló Bernadá.
El trabajo de los pediatras de la unidad es voluntario, ya que la misma no está presupuestada por la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). “El sistema de salud todavía no está preparado para recibir y mantener el tratamiento de estos niños en su domicilio, donde la mayoría prefiere estar”, aseguró la coordinadora de la UCPP. Además, existen solo cuatro unidades en todo el país.
Gabriela Píriz, directora del Sistema Nacional de Cuidados Paliativos, creado en octubre de 2012, reconoció que esta unidad se desempeña en “condiciones precarias y con mucha voluntad”, pero adelantó que en poco tiempo todos los prestadores de salud deberán con una unidad de cuidados paliativos.