Según datos de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Pereira Rossell, en los últimos diez años 27 personas menores de edad fueron atendidas por heridas de bala, 17 de ellas entre 2009 y 2013.
14 de estos casos se produjeron en la vía pública y fueron provocadas por terceros. De éstos, solo dos tuvieron que ver con hechos delictivos. También en 14 casos, los heridos padecieron trastornos de conducta, problemas a nivel educativo y de consumo de drogas, entre otros. El 21% de los heridos, en tanto, presentó secuelas neurológicas. Trastornos del habla, parálisis cerebral y hemiplejias fueron las más frecuentes.
“Los datos sobre lesiones en niños deben ser pensados e interpretados, pero da la sensación de que hay más armas en la calle y no sólo por homicidios. Parecería que las armas de fuego estuvieron más naturalizadas”, opinó el director de Medicina Legal de la Facultad de Medicina, Hugo Rodríguez.
Cuatro de estos 27 niños y adolescentes, falleció.
