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Con Mónica Silva, directora de Psiquiatría del INAU

En entrevista con el diario El Observador, la directora de Psiquiatría del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Mónica Silva, habló sobre el caso del niño de 11 años y el adolescente de 14, involucrados en el asesinato de otro niño de 11.

“Lo primero, y en eso estamos, es tratar de hacer un buen diagnóstico para tener bien claro ante quiénes estamos. El delito no cataloga al sujeto”, sostuvo Silva.

La especialista remarcó que si bien en nuestro país se trató de un caso excepcional, “a nivel internacional hay muchísima bibliografía” al respecto. Dijo que el impacto que causó la crueldad del hecho responde a que “uno tiene el mito de la infancia como la inocencia. Y el niño es cruel”.

Explicó que los niños tienen “las mismas emociones que los adultos y a veces con mucha menos represión de la cultura (…) Si agarrás a un niño de tres años enojado, va a decir ‘te mato’, y quiere decir ‘te mato’ de verdad. No está jugando. Claro, la muerte para él tiene un sentido distinto (…), pero lo quiere decir de verdad. Es después, y a medida que el niño se introduce en la cultura, que surgen mecanismos que reprimen esos impulsos”. “En todos los homicidios cometidos por niños, cuanto más pequeños, más crueles. Porque, justamente, no se desarrolló en el aparato de pensar esto del control, del filtro, de la consideración”, aseguró Silva.

La directora de Psiquiatría del INAU explicó que estos niños “no son psicópatas”, ya que “no se armó eso de sentir al otro realmente como un sujeto. No son niños psicópatas, pero tampoco son niños que uno pueda decir ‘está todo bien’”, planteó.

Dijo sí que los niños que participan en este tipo de hechos “suelen tener elementos de tipo psicótico y algo habilitado en sus familias para violencia cruda”. En el caso del adolescente de 14 años, Silva explicó que “ya tenemos, sea cual sea la situación, una personalidad un poco más estructurada”. En este caso, “el desafío es ver cuál es el diagnóstico de fondo y lo más difícil para él será transcurrir la privación de libertad y al mismo tiempo sostener un tratamiento adecuado. Por mejor que sea el sistema, es un sistema carcelario”, indicó.

Respecto al abordaje terapéutico, Silva dijo que se está en una etapa de análisis “a fondo” de la situación. “Porque en primera instancia nos impacta, pero tenemos que tratar de sacar el horror de esta situación”, agregó. Según la especialista, hay que esperar “al menos un mes”, para empezar a dialogar con los niños. “Todo lo que se puede ver ahora en ellos tiene que ver con el shock del evento. Quedan paralizados”, señaló. “Debe quedar claro que cualquier niño pequeño que participe de un situación de violencia, sea cual sea, va a precisar apoyo terapéutico porque no se sale indemne”, aseguró.