“Una de las cosas más comunes que los papás dicen es que sus hijos tiene ganas de venir al colegio”, explicó Fernanda Ferreiro, directora de la institución educativa Blue Blue Elefante, quien busca que “en el aprendizaje aprendan a disfrutar, porque aprender es un placer”.
Blue Blue Elefante, fue creada en 2010 y está ubicada a cinco kilómetro de la ciudad de Minas, presentando una estructura novedosa, pero además con un modelo de enseñanza alternativo y único, en donde los alumnos construyen su propio conocimiento. Desde su fundación, la matrícula aumentó casi un 50%, ya que comenzaron con 80 alumnos y en la actualidad tienen 150, manteniéndose siempre 20 alumnos por clase.
Ferreiro, explicó que el aprendizaje es interdisciplinario, por ejemplo, si en la huerta se plantan semillas de frutilla, el docente trabaja en conjunto con el de matemáticas y el de biología y luego se cierra el proceso produciendo mermelada y comercializándola. “Es una dialéctica entre el hacer y el pensar. Acá el chico no te pregunta `¿y esto para que me sirve`?”, manifestó la directora.
En cuanto a las calificaciones, no se ponen notas en el carnet, sino que se habla de los intereses y de las competencias que se evidencian. Para arribar a la propuesta pedagógica que se lleva a cabo en el Colegio se necesitó un trabajo conjunto con los docentes durante tres años.
Otro punto a destacar, según Ferreiro, es el factor integrador. Blue Blue Elefante incorpora niños y niñas con discapacidad pero también beca a gran parte del alumnado, costeado por la impulsora de todo este proyecto, una filántropa alemana que quiso mantener su anonimato.
La directora cree que la inversión económica realizada en la construcción del centro, no es un factor determinante. “No creo que sea un tema de infraestructura. Lo que hay que cambiar es la cabeza y la formación docente. Uruguay nunca tuvo tanta infraestructura y tanto presupuesto para la enseñanza como en los últimos años e igual no funciona”, comentó.