La Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU) pidió a los legisladores que traten un proyecto de ley de acceso a libros –en especial los libros de texto-, para personas con discapacidad visual, que data del año 2009.
El proyecto, redactado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), establece que “en aras de promover un acceso sin discriminación para todas las personas a la información, la cultura y la educación, se permite la utilización de una obra lícitamente publicada para adecuarla a formatos aptos para quienes padezcan discapacidades lectoras y sensoriales, siempre que dichos usos se realicen sin fines de lucro y no se les otorgue una finalidad distinta”. De aprobarse la ley, las editoriales estarían obligadas a facilitar la versión digital de los libros publicados, para que sean convertidos a formatos aptos para las personas ciegas.
Según el presidente de la UNCU, Gabriel Soto, esto actualmente no ocurre. “En general las editoriales casi no permiten tener acceso a los originales en formato digital”, señaló. “El tema es que lo ven como una pérdida porque tienen temor de que los textos se difundan a personas que sí son videntes”, agregó.
El censo del año 2011 reveló que en Uruguay hay 300.000 personas con discapacidad visual. No obstante, sólo el 1% de los libros editados están adaptados a formatos para no videntes. Soto dijo que esto repercute directamente en la posibilidad de estudiar. De acuerdo a cifras de la UNCU, la mayoría de los niños y niñas ciegos terminan Primaria con un promedio de 15 años. El 80% comienza Secundaria, y lo hace generalmente entre los 18 y los 20 años. De los que terminan el liceo, solo el 3% ingresa a la Universidad, y muy pocos logran obtener un título. Para Soto, el no acceso a libros de texto es “un problema tremendo”, que lleva a que sea “muy reducido el número de quienes se pueden formar íntegramente”.