Desde febrero de este año, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) está implementando el programa “Ajedrez para la convivencia”, en colaboración con la Federación Uruguaya de Ajedrez.
Actualmente, el ajedrez es una materia curricular más, en 32 escuelas de tiempo completo. También se han articulado políticas con el Ministerio de Desarrollo Social, Primaria y la Universidad de la República.
El domingo 24, la idea fue llevar el ajedrez a la calle, “para disfrutarlo libremente”, según explicó Esteban Jaureguizar, profesor de ajedrez, vicepresidente de la Federación y coordinador del programa del MEC. Ese día, en la Plaza Líber Seregni se instaló un tablero gigante, donde niños, niñas y adolescentes aprendieron los movimientos de cada una de las piezas. Alrededor, varios jugaban, concentradísimos, una partida de ajedrez en alguna de las mesas dispuestas para tal fin.
Para Jaureguizar, el ajedrez permite que un niño de cinco años pueda enfrentarse a un adulto de 40. “Porque si imaginamos un partido de fútbol entre padre e hijo, el papá juega pero más bien está prestando el cuerpo. En el ajedrez, en cambio, pueden estar jugando los dos por igual. Es una de las cosas positivas que le permitieron sobrevivir durante tanto tiempo”, explicó.
Fernando Bonilla también es profesor de ajedrez, y cuenta que este deporte fue su sostén en sus momentos más difíciles. “Me di cuenta que si seguía bien en la vida, sin cometer ninguna locura, era gracias al ajedrez”, dice. Por eso quiere, enseñando a niños, devolverle a este juego, todo lo que éste le dio. “Todo lo que uno hace por un niño más adelante lo verá reflejado, porque te lo devuelven. Es algo que sentís acá adentro, que no sé cómo explicar: te demuestran que te quieren de una manera muy linda”.
