El semanario Brecha entrevistó a la directora general del Consejo de Formación en Educación (CFE), Edith Moraes, respecto a la transición hacia la Universidad Nacional de Educación (UNED).
Moraes habló sobre esta “mudanza”, el cogobierno y la importancia de que el país cuente con una institución de carácter universitario.
“En este momento en que la educación está siendo cuestionada, si la formación de los docentes no es de calidad, difícilmente pueda pensarse en una educación de calidad”, señaló.
Sobre las resistencias en la conformación de la UNED, la directora del CFE consideró que la nueva universidad “tendría que tener como las otras dos (la Udelar y la UTEC) un consejo directivo central que estuviera representado por sus actores: un rector y sus tres órdenes”. “¿Por qué los docentes no pueden cogobernarse?”, cuestionó.
Para Moraes, este rechazo a la participación docente en el gobierno de la nueva universidad “es subestimar a los docentes”. “Esa subestimación da cuenta de algo que no favorece para nada la elección de la profesión docente y tampoco el lugar relevante que tiene en cualquier sistema educativo”, agregó.
La jerarca se refirió también al actual estatuto docente, que otorga más valor a la antigüedad que a los cursos de especialización, y resaltó que “hay algún paso incipiente en valorar más los cursos”, a partir de los concursos de grado que se están haciendo en los distintos organismos desconcentrados. “Esa es una iniciativa que da muestra de que se quiere salir de ese esquema donde los grados se obtienen por antigüedad”, destacó.
Moraes respondió a quienes sostienen que la UNED, lejos de representar un cambio significativo en la formación docente, será simplemente “más de lo mismo”. La jerarca reconoció que existe un “riesgo real” de llevar “los problemas actuales hacia la futura institución”, pero para que esto no ocurra, hay que “tener bien clarito”, cuáles son esos problemas. El más significativo, dijo, “es que la nueva formación para el docente del siglo XXI es un concepto aún por construir, no está definido, y si no está definido vamos medio a tientas”. “Hay que preguntarse qué docente precisa hoy Uruguay”, consideró.